¿Cuando aplicamos frío o calor en una lesión o molestia? Es la gran pregunta que nos hacemos cuando nos encontramos ante un dolor repentino, accidental o de larga duración. Pues bien, aquí un ligero resumen para que ya no dudes más: CALOR: 🔥🔥🔥🔥🔥🔥 El calor tiene un efecto de analgesia, relaja y vasodilata (aumenta la circulación sanguínea) además de mejorar la flexibilidad muscular, y por eso lo aplicamos en caso de contracturas musculares, problemas articulares, rigidez o dolores que pasan de 2-3 días. Truco: Aplícalo mínimo 3 veces al día 10 minutos como máximo cada vez, ya que sino el efecto que vamos a provocar va a ser contrario al que queremos conseguir. Y JAMÁS duermas con la manta eléctrica. El exceso es más malo que la falta.. FRÍO: ❄️❄️❄️❄️❄️❄️ El frío tiene también un efecto analgésico, pero además es antiinflamatorio, vasoconstrictor (reduce el flujo sanguíneo en la zona) y reduce el espasmo muscular en su momento más agudo, por eso, en cualquier lesión en el momento en que se produce colocaremos hielo, para conseguir que llegue menos riego sanguíneo a la zona y poder parar la inflamación y el edema. En dosis de 5 minutos con descansos de 2. Truco: Aplicarlo en las primeras 48-72 horas de cualquier lesión y en casos de traumatismos, esguinces, roturas musculares, tendinitis, capsulitis, calambres, después de un gran esfuerzo físico. Y te advertimos de lo mismo. El exceso puede ser peor. Siempre a dosis. Siempre que perdure o no controlemos el nivel de dolor, acudir a médico o fisioterapeuta, según corresponda

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